Suele manifestarse como un dolor intenso y punzante, que aparece en respuesta a estímulos como los alimentos fríos, calientes, o dulces. Cuando la inflamación progresa puede provocarse una infección dental, en principio localizada en el interior del diente pero que, si no se trata adecuadamente, se extenderá por los alrededores del diente causante provocando la aparición de un absceso de origen dentario; el dolor entonces será intenso y continuo, existirá hinchazón de la zona y el paciente tendrá fiebre.
Si el paciente no recibe de entrada el tratamiento adecuado, se podría desarrollar una infección que se extendería al resto de la boca, cara, e incluso al cuello pudiendo, incluso, provocar graves dificultades para comer (por imposibilidad de abrir la boca) y respirar (por la gran inflamación que en ocasiones llegan a alcanzar); representando entonces un peligro de mayor gravedad.
En estos casos se ha de acudir, lo antes posible, a la consulta para instaurar el tratamiento adecuado para el problema específico de cada paciente. Puede aliviar el dolor tomando un analgésico al que esté acostumbrado. Es importante en el caso de los niños ajustar las tomas a las dosis pediátricas recomendadas.(ej: Dalsy®)