La sonrisa perfecta, la tecnología invisible en ortodoncia
A estas alturas de la vida, la historia y el devenir de las personas, seguir soportando males estéticos dentales es imperdonable; llega la revolución en estética dental, eficaz e invisible.
Que la nueva sonrisa de Doña Letizia haya sido objeto y punto de mira de la prensa de este país, es que es asunto de Estado… Y no es para menos, el mercado de la estética está teniendo cada vez resultados más prolíficos. A las novedosas técnicas de mejora estética o rejuvenecimiento facial como alternativas al bisturí, ahora se le suman las de corrección dental por medio de artilugios más estéticos que los propios resultados.
Hablo de la ortodoncia lingual a medida o los alineadores dentales transparentes llevados a cabo por el ortodoncista Dr. Pedro Ruiz de Temiño Morante, una nueva tecnología que logra lo que todos deseamos: corregir nuestra sonrisa sin que nadie lo note. La ortodoncia lingual a medida, se diferencia de los brackets convencionales en que en vez de adherirse a la parte frontal de la dentadura, lo hacen a la parte interna, siendo prácticamente invisibles desde fuera. Es la solución perfecta para los que buscan corrección con la máxima estética posible.
Estos correctores se fabrican de forma totalmente personalizada utilizando tecnología informática avanzada en los laboratorios de Bad Essen, en Alemania. Se hace un diagnóstico previo por el ortodoncista y se diseña un plan de tratamiento cogiendo registros y llevándolos a un modelo exacto en plástico.
Esta innovación tecnológica supone mejoras considerables: los aparatos son más pequeños y proporcionan un ajuste perfecto, una mayor comodidad, los problemas de pronunciación se resuelven a las pocas semanas y las molestias en la lengua disminuyen considerablemente, no hay riesgo de descalcificación en la superficie frontal del diente, y las mejorías iniciales son visibles al poco tiempo de comenzar el tratamiento.
En el caso de los alineadores transparentes, la corrección se produce mediante pequeños y sucesivos movimientos de los dientes debido a la colocación de fundas invisibles de quita y pon, que se fabrican en EE.UU. mediante complejos procesos informáticos de escaneado y fabricación personalizada. Una verdadera proeza.
¿Os acordáis de aquellos aparatos metálicos de antaño que más que dentales parecían ortopédicos? Yo, que siempre he desarrollado cierta empatía con el prójimo, de pequeña “jugaba” a hablar pareciendo que tenía aparato en la boca. Doblaba la lengua, la pegaba al paladar y al hablar las palabras se tropezaban con el invento pareciendo que tenías aparato. Menuda crack.
Con los adelantos de ahora, me voy a pensar esto de corregir mi sonrisa. Tengo un colmillo que me está creciendo a lo “Crepúsculo” bastante sospechoso. Porque no he visto la saga, y que el mundo teen me perdone, sino estaría francamente sugestionada… ¿Y tú? ¿Te ríes a boca abierta o con cierta inseguridad? Pues ponle remedio.